Cuando sentimos que estamos fuera de control y seguimos cayendo al precipicio sin fondo de la inconsciencia de nuestros actos generamos grandes cantidades de sufrimiento, miedo, dolor, ira y todo tipo de emociones negativas que hasta cierto punto y cuando estamos llegando a nuestro punto mas bajo estas empiezan a consumirse a si mismas, transmutando la energía negativa en conciencia, en estados mentales que nos llevan a un despertar ya sea permanente o momentáneo.
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