Tenemos dos opciones, dominar nuestros miedos y cambiar, o ser dominados por ellos. El cambio no es un fin, es una actitud.
Es nuestra actitud lo que cuenta, nosotros construimos nuestra propia vida. ¿Nos gusta sufrir, nos gusta llorar, nos gusta ser inseguros? No.. ¿Y entonces porque disponemos todo para estar tristes en lugar de estar felices y agradecidos con la vida?
En nuestro corazón está el cambio, no dejemos que nuestra alma no conozca la libertad de correr por la ciudad interna de lado a lado extendiendo los brazos hacia el amor y la felicidad infinita. Si te sientes feliz, ésa es tu decisión.
Si estás triste, si estás aburrido, si estás solo, si estás lleno de miedos, si vives aplastado por el dolor, si te atas al pasado, si no has logrado tus sueños, si no te arriesgas, si estás cansado, si estás indeciso, si no te consideras importante, si no eres capaz de valorarte, si eres envidioso, si eres orgulloso ¡Estás así por decisión propia!
Yo sé que es muy fácil decir que hay que cambiar… Si no nos decidimos a liberarnos de nuestras adicciones, nunca sabremos cual es el verdadero sabor de la felicidad, porque nos habremos quedado con la opción de los cobardes: agacharse por miedo a seguir creciendo.
El cambio está en nuestro interior. “Si quiero, puedo.”
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