Siempre estamos guardando muchas cosas en nuestro corazón, cosas como el daño que una vez nos hicieron, las veces que tuvimos que recoger los pedazos de nuestro corazón, motivos de lágrimas que mojaron nuestra almohada, noches de insomnio por no poder resolver tareas pendientes, y todo malos sentimientos que guardamos dentro de nosotros mismos… Nuestra vida podría llegar a ser mejor si sacamos de ella esas cosas que acumulamos y sólo estorban.
A muchas personas les pasa como si cada día algo malo les ocurriese, sufren una pérdida diaria, sienten que los días son grises, y es que no pueden ver más allá de los problemas que tienen porque ya están a tope con todo cuanto les sucede y ha sucedido, durante años han acumulado experiencias negativas, y ya no pueden ver más allá. En momentos así hay que saber detenerse y hacer un balance, empezar a valorar si realmente merece la pena seguir cargando con esas cosas o si es mejor dejarlas a un lado, tirarlas, desecharlas y empezar de nuevo sin los rencores y frustraciones que no nos permiten seguir o mirar hacia adelante.
Cuando tenemos un corazón limpio de buenos sentimientos hay espacio para poder llenarlo de nuevo. Debemos dejar las culpas a un lado si no queremos sentirnos tan miserables en la vida.
Los recuerdos siempre serán parte nuestra, pero hay que mirarlos como lo que son, simplemente “recuerdos”. Es lindo recordar, incluso llorar por las cosas que un día nos hicieron sonreír, se puede vivir con esos sentimientos que siempre va a ocupar un espacio de nuestro corazón.
Nuestro cuerpo es como nuestra casa, si la mantenemos en orden, incluyendo nuestros sentimientos, siempre quedará más espacio para llenarlo con lo mejor de nosotros.
No es fácil querer tirar lo que tanto se amó, pero sí podemos tener ganas de volver a empezar de nuevo con nuestras vidas y con nuestro deseo de que la limpieza llegue también a nuestro interior, quizás un día no muy lejano estés preparado para volver a recibir lo que hoy encuentras imposible.
A muchas personas les pasa como si cada día algo malo les ocurriese, sufren una pérdida diaria, sienten que los días son grises, y es que no pueden ver más allá de los problemas que tienen porque ya están a tope con todo cuanto les sucede y ha sucedido, durante años han acumulado experiencias negativas, y ya no pueden ver más allá. En momentos así hay que saber detenerse y hacer un balance, empezar a valorar si realmente merece la pena seguir cargando con esas cosas o si es mejor dejarlas a un lado, tirarlas, desecharlas y empezar de nuevo sin los rencores y frustraciones que no nos permiten seguir o mirar hacia adelante.
Cuando tenemos un corazón limpio de buenos sentimientos hay espacio para poder llenarlo de nuevo. Debemos dejar las culpas a un lado si no queremos sentirnos tan miserables en la vida.
Los recuerdos siempre serán parte nuestra, pero hay que mirarlos como lo que son, simplemente “recuerdos”. Es lindo recordar, incluso llorar por las cosas que un día nos hicieron sonreír, se puede vivir con esos sentimientos que siempre va a ocupar un espacio de nuestro corazón.
Nuestro cuerpo es como nuestra casa, si la mantenemos en orden, incluyendo nuestros sentimientos, siempre quedará más espacio para llenarlo con lo mejor de nosotros.
No es fácil querer tirar lo que tanto se amó, pero sí podemos tener ganas de volver a empezar de nuevo con nuestras vidas y con nuestro deseo de que la limpieza llegue también a nuestro interior, quizás un día no muy lejano estés preparado para volver a recibir lo que hoy encuentras imposible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario