Muchas veces encontramos problemas en todos lados.
Si queremos llevarnos bien con alguien, busquemos ser comunicativos y cooperativos. No prestemos atención a comentarios malintencionados y dejemos que todo se calme.
Los problemas cotidiano o las dificultades para alcanzar las metas, los sueños personales; la sensación de “ser incomprendidos”, nos maneja día a día, y en repetidas ocasiones no advertimos lo que se presenta frente a nuestros ojos.
Creamos nuestros propios conflictos: Llegamos a la casa y en lugar de relajarnos y disfrutar de quienes somos con el otro; creemos descubrir que el campo de batalla está ahí, en la cocina o comedor de nuestro hogar; y el enemigo es la pareja.
Y entramos en una competencia absurda,buscándonos más problemas de los que ya tenemos.
Todo se transforma en frustraciones internas, buscamos enjuiciar, inculpar, a los demás de la infelicidad que sentimos. Los silencios o los golpes de puerta furiosos que dan por finalizada una conversación, son las habituales guerras que no recompensan a nadie. Aunque en el inconsciente que ninguno haya ganado es un triunfo.
Ahora me pregunto, ¿Para qué? ¿Para qué pretendemos ganarle al otro? ¿Qué es lo que queremos ganarles? ¿Por qué es tan importante tener la razón en algo? ¿Qué hacemos con la razón? ¿Qué es tener la razón? ¿Nos enriquece? ¿Nos hace crecer como personas?
Perder no es ninguna fórmula exitosa para la vida; debemos aprender a cambiar y a vivir en el contexto cooperativo. Buscando el bien por el bien mismo y no por la conveniencia; dar nuestro cien por ciento el cien por ciento de las veces; independientemente de cómo el otro sea; dejar de ser espejitos; “si me habla bien, respondo bien”, “ si me ignora, lo ignoro”, “ si no es romántico, no soy romántica”; ese juego según las conveniencia no nos vuelve auténticos.
Si tu pareja te ignora, pues confróntalo, pregúntale que sucede. Ser cooperativo es darle al otro lo que necesita, para poder actuar así, hay que fomentar la comunicación.
La cooperación es un valor fundamental, implica salir de sí y construir de la mano con otros. Es resaltar el amor como un conjunto. Y entonces cada día poder descubrir en el corazón, que el amor es lo más fuerte.

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